sábado, 29 de agosto de 2015

Que no se mueran los feos


* Escena de Soldados de Salamina (2003) en la que un soldado canta Suspiros de España bajo la lluvia. Dirección: David Trueba.

La rentreé (dichosa palabra). Este verano, junto con los deleites y placeres habituales de la época, me he reencontrado con David Trueba. Ha sido un reencuentro agradable, tras varios años sin que volviera a emocionarme con su relámpago fulgurante de genialidad y ha sido gracias a su último libro, Blitz que significa justamente eso, relámpago, en alemán. 

Ya he comentado alguna vez en este rincón, que su libro Cuatro Amigos lo habré regalado unas veinte veces durante la época de mis veintipocos y ese gesto, creo, hizo mucho bien a mi generación. Y a mis "veintiquince", compruebo que este tío me sigue encantando. Es de ésos pirados tan inteligentes, que se lo pueden permitir. 

Mi fascinación empezó cuando me recomendaron el susodicho libro. Poco después, me contó un amigo “cultureta” una anécdota del rodaje de Los peores años de nuestra vida, esa peli donde Jorge Sanz (guaperas de la época) y Gabino Diego (divertido, inteligente y feo oficial del cine español) competían por la vecina buenorra (Ariadna Gil) y cuyo final, como cabía esperar, es que la guapa se queda con el guapo. 

Pero lo sorprendente es lo que pasó fuera del rodaje. La historia dio un giro y el feo se quedó con la guapa. No Gabino, sino Trueba, el director de la cinta, se quedó con Ariadna Gil a compartir piso, a tener dos hijos y a comer perdices. 

Pero como la vida no es una peli, hace unos años la misteriosa Ariadna de labios frutales, dejó al loco genial por otro guaperas: Viggo Mortensen (tampoco la voy a criticar por este cambio, no seamos hipócritas). 

Y como dicen que uno siempre acaba escribiendo de sí mimo, andaba yo leyendo Blitz hace poco y he querido encontrar paralelismos con la vida real: en el libro la novia del protagonista, Beto, le deja por un cantante uruguayo (Vigo Mortensen es actor argentino). ¿Paralelismo casual? No lo creo.


Pero lejos del chisme rosa y de guardar odio y rencor, Trueba ofreció un papel a su ex mujer en la película española más premiada (seis goyas) del 2014, Vivir es fácil con los ojos cerrados, y por si fuera poco, cuando recogió el goya a la mejor película, en el discurso de agradecimiento, fue a su ex a una de las pocas personas a las que dedicó el premio. Aparte de esto, expuso con su tono burlón habitual que se extrañaba de haber ganado, ya que él siempre perdía y estaba acostumbrado a hacerlo. “De hecho hace no mucho escribí un libro que se llama así, Saber perder”. 

Un crack, oigan. Un hombre que se viste por los pies. A continuación, el citado momento: 


Y Blitz, que habla nuevamente del desamor y de nuevo en tono de tragicomedia, tiene párrafos demoledores, de ésos que subrayas y luego, por si acaso, doblas el borde superior de la página también (si eres de los que te permites estas licencias, que luego hay mucho ultra ortodoxo de tener los libros impolutos y pasar las páginas con guantes de fino algodón). 

“Es idiota atacar tus recuerdos, sería igual de estúpido que pisotearte la mano porque un día acarició al amor perdido” 

Y hasta aquí el espoiler de Blitz… 

Pero para mí lo más magnético del personaje, más allá de los libros, artículos y las pelis (no me gustan todas, qué conste) fue escucharle hablar por primera vez. 

Fue hace un montón de años en Valencia. Me enteré de que él y Tristán Ulloa ofrecían un coloquio a dos voces sobre cine dentro de la programación del espacio Greenspace. 

Y aquí se produjo mi gran sorpresa. A pesar del humor corrosivo que destilan sus libros, yo había imaginado a un tío taciturno, algo distante, pedante y breve en las respuestas (prejuicios preconcebidos de escritor o divo de la cultura). Pero no. 

Algunas notas que retuve en la memoria y luego anoté esa misma noche: 

- "¿Por qué empezaste a hacer películas David?" – le preguntaron. 

- “Bueno, yo normalmente ante estas preguntas suelo mentir un poco y contar historias que parezcan muy interesantes, pero ahora que estamos en un ambiente tan íntimo voy a contar cómo creo que empezó todo... 

Yo era el pequeño de ocho hermanos. Mis padres eran muy mayores; Cuando yo iba al colegio con mi padre me solían decir: ¿Hoy te ha traído tu abuelito? 

Pero antes de eso, yo disfrutaba acompañando a mis hermanos mayores al colegio con mi madre, siempre pegado a sus faldas y despidiéndoles en la puerta. Hasta que un día mi madre me dijo: - Hoy también te quedas tú.- Y percibí cierto dolor en sus palabras, pues estaba entregando al más pequeño de sus hijos, también al sistema... Y yo le dije: 

- ¡No mamá! ¡Yo no quiero!- Mi madre en ese momento me miró muy seria fijamente al interior de mis ojos y me dijo: 

- Bueno, ¡pues ya vendremos el año que viene! 

Así que pasaron cuatro años más y ya con siete años, convinieron mis padres que ya era el momento de ir a la escuela pues se exponían a ser denunciados por algún vecino y además yo no sabía ni leer ni escribir. 

Pero durante aquellos años, fui consciente de lo fascinante que era el mundo de los mayores, de las mujeres en los mercados, de las miles de historias en cada esquina. Los mayores siempre son mucho más interesantes que los jóvenes.”


Siguió hablando de su vida y de todo un poco, con un discurso divergente, enlazando anécdotas sin mucho orden, arrojando palabras como un torrente de genialidad y provocando carcajadas continuas que resonaban en el vacío de aquella nave industrial. 

“Una buena película es como coger una mariposa en el momento exacto para que pueda ser bella agarrada con alfileres”.

“¿Qué es tener éxito? ¡Yo nunca he sabido lo que era tener éxito! A lo mejor el éxito sea ir conduciendo, que alguien te pite y te insulte y tú seas capaz de no contestarle”. 

“Como decía Dalí sobre el proceso de crear (y ahora ponía una voz nasal como imitándolo): para pintar hace falta técnica, que se den las coordenadas espacio temporales concretas, ¡y por supuesto!, es necesario que un ángel en el momento exacto guíe tu mano"... 

Después de esta historia, he podido hacer seguimiento de su prolífica creación de artículos, guiones, películas, colaboraciones y hace poco escuché que está haciendo un documental sobre su amigo y cantante Francisco Nixon. ¡Vaya mezcla! Incluso ha dirigido y actuado en un videoclip de Jorge Drexler, bailando junto al propio Drexler, Javier Limón y Toni Garrido, descoordinado y con menos gracia que un pato mareado.


Los relámpagos son esos fogonazos que no esperas y de pronto han cambiado algo. 

Blitz es de nuevo soledad, corazón roto, orfandad emocional, y belleza, pero belleza alejada de las portadas de las revistas, más parecida a una mujer sexagenaria. 

Y Blitz también es una reivindicación de lo inútil: “Creo que la felicidad de las personas está en lo inútil, en las cosas que sólo son valiosas para nosotros y por eso nadie te las puede quitar”. 

Pues queridos, qué queréis que os diga, yo a este tipo de personas las acabo encontrando guapas, guapas de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario