miércoles, 2 de julio de 2014

El mejor verano de nuestra vida




Tienen razón los que dicen que “todo pasa en verano”. Reconozcamos que el resto de estaciones son sólo un trámite, un preludio, un hacer tiempo y echar el rato de la mejor manera posible. Y además a estas alturas de la película ya hemos descubierto que disfrutamos mucho más si han existido previamente días grises e inviernos largos. Somos así de idiotas.

Viendo al grupo “Milagroso” en El perro de la parte de atrás del coche, Pedro anunció que la siguiente canción que iban a tocar era sobre `el mejor verano de nuestra vida´. Ése que nos cambió para siempre. Le di un sorbo a la cerveza que tenía como única compañía y un puñado de postales de algunos de mis veranos saltaron por los aires como si una mano invisible las hubiera desordenado.



Habitar (casi siempre) cerca del Mare nostrum. Viajar lejos es uno de los mayores placeres de esta vida, pero para mí no es verano del todo hasta que no me baño en él. Imprescindible. Por supuesto, mejor si es en una playa de rocas con poca gente, poco ladrillo alrededor y con unas gafas de bucear. Y que le voy a hacer si yo….

Llevar chanclas de playa desde que me levantaba hasta que llegaba la noche (a veces incluso todo el día, como único calzado).

Que hubiera calipos, twister normal, magnum frac y horchata granizada. Que no hubiera, seguro, twister choc ni frigo pie (Puajjj).

Poner esta canción con volumen muy alto en el “fordfi” a las ocho de la mañana en los últimos días de trabajo antes de agosto y conseguir así entrar en la oficina con buen rollo estival en vena. 

Azul casi luz. La Costa Brava

Y esta otra, justo antes de dormir, para soñar con las vacaciones:

Crema solar. Facto Delafé y las flores azules

De primero gazpacho, de segundo arrocito y de postre, melón.

Pasar todo el día en remojo como los garbanzos. Salir por la noche más que el camión de la basura y aguantar la resaca dignamente parapetados detrás de las gafas de sol.

Siesta gloriosa al aire libre, a la sombra de unos pinos o bajo una sombrilla. Sonido ambiente de pajaritos y olas de mar. Ondas cerebrales Theta y Alfa. En algunos casos, actividad cerebral más cercana a la de un berberecho. Incapacidad total de poder hablar antes de las seis de la tarde. 


Quedar a partir de esa hora con amigas y recordar los mejores momentos de la noche anterior; como contarle vida y milagros a ese chico que conocías sólo de vista, apostados en la barra del bar, y terminar haciendo propuestas de los nombres de nuestros hijos.

Pelo estropajoso y piel tostadita in crescendo.

Cumplir con la tradición de colarnos cada julio en el village de las regatas de Valencia y Denia. Aquella noche en que perdimos a mi amiga S. y la buscamos por todos lados hasta que apareció a las diez de la mañana durmiendo plácidamente al lado de una palmera. Fue una de las noches más angustiosas de mi vida, pero cómo nos hemos reído al recordarlo luego un millón de veces.

Lanzar una moneda al aire y que me tocara a mí acompañar a Rebe a ese concierto en Hyde Park que no olvidaré en toda mi vida.


El verano del amor y ese ramalazo hippie que a todos nos sale en verano.



Buena lectura, como Verano, de Coetze con un café con hielos.

Bordear Ibiza en un barco durante una semana sin apenas tocar tierra y lanzarnos cada mañana al agua para despejarnos de golpe en el único momento en que el Mediterráneo está fresco. Reconciliarme con la isla de mi infancia, que en los últimos tiempos sólo asociaba a Pocholo, Pachá, ciclaos, drogas y mojito aguado.

Presenciar el espectáculo del atardecer en Ses illetes (ahora considerada la sexta mejor playa del mundo) compartiendo una botella vino y un poco más tarde, el amanecer en el faro de La Mola. Bailar hasta que el sol estuviera alto y luego dormir en la playa (hasta hacernos a la brasa, vuelta y vuelta).

Unas clóchinas y una clarita con limón de aperitivo.

Encontrar la Ermita, convertida en lugar de encuentro de artistas, lugareños y conocidos en general, donde las estrellas se multiplicaban por quince y cada noche, espontáneamente ocurrían cosas; espectáculos, jam sesion y rituales. Un piano y Paraísos donde encontrarte.


Ese fin de semana en el que vivimos en una furgoneta y grabamos nuestra versión libre del anuncio de Estrella Damm con Summercat, y nos quedó mucho más divertida, aunque no estuviéramos ni la mitad de la mitad de buenos.

El verano en que conocí a Patri en el aeropuerto de Valencia y a partir de ahí, compartimos cama y mosquitera todo el verano.

Cuando viajamos en coche hasta la costa del Pacífico cantando a cuatro voces el hit La locura Automática, con rimas extraordinarias como ésta: Poco a poco pierdo la cordura, sin ti no estoy a la altura y tu ternura, sería la cura pa’ la amargura que me lleva hasta la locura :)

Descubrir Little Corn Island, donde no había ni coches, ni luz eléctrica y tras cenar pescado, Toña y bailar reggaetón, volver a la cabaña por un camino embarrado iluminado por la luna, con miedo y entusiasmo a partes iguales.


Hoy no queda casi nadie de los de antes, y los que hay, han cambiado, han cambiado…

Este verano será tranquilo. Habrá seguro algunas postales que se repetirán porque son mínimo común múltiplo y también habrá otras nuevas, como ver a mi sobrino “Gu” mojarse en el mar, rebozarse en la arena como un calamar, sonreír con su cara de dibujo animado manga y descubrir la mejor estación de la vida por primera vez.

Vas por ahí oliendo a verano.

Verano Averno. Tulsa

6 comentarios:

  1. Leyendo esto, el verano para mí empieza oficialmente hoy! :-)

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  2. Que bonito y cuantos recuerdos me han venido de repente

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  3. Muchas gracias guapos! En Madrid de repente hoy a vuelto el otoño porque llueve, pero lo mejor está por llegar...
    Besotes.

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  4. Precioso! Me ha encantado el párrafo de formentera...mi isla favorita, donde me case y donde el verano se vive de forma única. Enhorabuena!

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    1. Muchas gracias Marta!! Pero qué envidia me das... Formentera es un lugar mágico, "el sitio de me recreo". A veces me dicen que soy una pesada pero es que es uno de mis sitios favoritos del mundo :) Gracias por tus comentarios guapa, eres un sol! A ver si te veo pronto. un besote.

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