martes, 2 de abril de 2013

La primavera ha llegado a la ciudad


Así es. Segunda primavera en esta ciudad. Escribió un conocido en su blog (uno de los pocos que sigo, por cierto) que Madrid le recuerda a una mujer a la que “le gusta la farra….” Es verdad... no nos engañemos. Creo que hay gente que necesita que le pasen cosas y gente que quiere que no pase nada, que nada altere su equilibrio (virgencita virgencita…) yo me voy moviendo entre ambas opciones y dependiendo también de en qué faceta vital, me afilio más a una u otra. Pero cuando se cumplió mi sueño de vivir en Madrid, hace poco más de un año sabía que me urgía que pasaran cosas nuevas. En este periodo de tiempo indeterminado, en esta tregua o prórroga (digo yo) antes de que la presión social y biológica me aboque a la maternidad sin remedio, tengo la sensación de querer exprimir la ciudad al máximo, de conocer cada rincón y de que nuestra vida se complete con gente estupenda. En ello estamos.

La primavera me recuerda a canción de Facto Delafe o Delafe a secas, como se llaman desde que uno de los miembros decidió volar por separado. Me siguen gustando sus canciones. Esta primavera ha empezado con disco nuevo: De mí sin ti. Sus canciones son como tomarse una clarita con limón y unas olivas mirando al mar. Mar Mediterráneo. También me recuerda a mis amigos. A los treintañeros. A días en la isla hueca, ya sabéis... cambia el paisaje, cambiamos nosotros, cambiamos atardeceres en el mar por atardeceres entre los edificios de Madrid, pero las sensaciones son parecidas. 

La incipiente primavera después de este crudo invierno promete momentos especiales. La pasada primavera descubrí el placer de algunas veladas en las terrazas del cielo madrileño, un lujo. Algunas como la terraza del hotel Ada en la Gran vía o cerca; la de hotel Room Mate Óscar. Uno de los mejores atardeceres lo vi donde menos lo esperaba. En la cafetería de la azotea del Corte Inglés de Callao. La pregunté a un amigo con muy buen gusto, sus rincones favoritos de Madrid y uno fue la susodicha cafetería, sentado en una mesa frente al ventanal panorámico. Tenía razón. Bastante sublime. En ese momento estaba dando un paseo y disfruté de la solitude.

Aunque han hecho muchas, y muy buenas canciones después, dejo una de las primeras canciones que escuché de Facto Delafe. Mar, el poder del mar

(…) La primavera ha llegado a la ciudad y no sabes lo bien que me sienta mamá… 



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