A veces pienso que en Madrid no deben de tener otra cosa que hacer que esperarme a mí. Pero luego compruebo que no es tanto cosa mía, sino del pueblo en general, que piensa que escribir es una actividad propia de Madrid. Si yo me presentase a la gente como médico nadie me mandaría a ninguna parte, sino que me preguntarían qué cosas opero y a qué horas paso consulta. Las mujeres se me acercarían más, porque un hombre que trabaja en bata siempre llama mucho la atención y yo toda la vida he escrito en casa en calzoncillos, y si el artículo promete, a mitad de camino me los voy cambiando por unas bragas para cerrarlo a lo grande. Esas cosas extravagantes de los escritores a las mujeres no les gustan, por lo menos si se hacen en Pontevedra, porque en Madrid debe de ser un rasgo de maldito. (Manuel Jabois)
Qué maravilla este
septiembre que ya se acaba pero que nos está permitiendo ir aún en chanclas por
la ciudad. Qué ganas de comérsela entera y hacer todos y cada uno de los planes
que uno se apunta cuando vuelve del verano con las pilas puestas. Llegó un momento en verano que la echaba de menos, qué le voy a hacer, soy carne de
asfalto, animal urbanita.
Qué maravilla salir un
viernes y bajar el sábado por Conde Duque en busca de un buen café y
descubrir un bar con encanto y sentarte a ver a la gente pasar: parejas,
niñas andando como si lo hicieran sobre una pasarela con total urban look,
modernos con gafas de colorines y algunas abuelitas encantadoras de pelo de
blanco, bastón y trajecito de flores.
Qué maravilla cuando
escuchas una canción que te atrapa que te sobrecoge, que no te suelta. Qué
maravilla cuando lees algo que te invade, que te golpea, que te remueve, que no
habías sido capaz de expresarlo tú antes, pero lo habías sentido un millón de
veces. Qué maravilla cuando te enamoras como una loca, cuando alguien dice su
nombre y un cohete se dispara desde el estómago, cuando sueñas con él, Porque
si no sueñas no se ama de verdad. Qué maravilla los momentos de antes de verle.
Porque como dice Punset; la felicidad está escondida en la sala de espera de
la felicidad…
A Madrid también la
quería antes de conocerla, porque ya había soñado con vivir en ella mucho
tiempo. Y cuando vine, me movía por sus calles y por sus bares con soltura
porque era como si nos conociéramos de toda la vida, y conseguí que empezara a
quererme, igual que yo la quería desde hacía mucho… No fue fácil. Tuve que
currármelo. Demostrarle que le sería fiel, que lo daría todo por ella, que cada
fin de semana le demostraría mi amor y le dedicaría todo el tiempo. Que en vez
de quedarme en casa con la, tan manida, “mantita y peli” iría a darme una
vuelta por ahí.
Ahí se quedara mi casa
hecha un desastre, la ropa sin planchar y la comida sin cocinar, con tal de pasar
más tiempo juntas, ahí lloviera, hiciera un frio del carajo o el calor seco no
dejara respirar.
Porque esta ciudad
parece estar hecho para la diversión y la jarana, para que el espectador no se
aburra. Esta ciudad es acogedora y no discrimina. Apta para todos los públicos.
A esta ciudad infinita
le gusta la farra, es de mente abierta y posee eso que tienen algunas personas
que no son ni las más guapas, ni las más altas, ni las más listas pero que
tienen legerezza cósmica: “dícese de aquél micro esfuerzo que sólo
algunas personas pueden hacer para resultar instantáneamente fascinantes…” esto
creo, salía en alguna película.
Qué bonito verla recién
levantada y con cara de sueño, medio vacía, desperezándose aún. Desde que vivo
aquí, me quedo absorta mirando las fachadas de las casas.
Qué maravilla quedar
para tomar algo al caer la tarde. Desde que empezó el buen tiempo me he tomado
unas cuantas copas de vino al atardecer en The Patio, donde, como
dice mi buen amigo David, hay mucho “colorín” entre el personal.
The Patio
No soy tan ingenua para
no saber que tiene muchos defectos, porque es agobiante, egoistona, a veces
demasiado castiza y muchas veces no cuida los pequeños detalles.
Pero creo que fue Woody
Allen quien dijo: “ése es uno de mis defectos…, pero tengo más, en realidad son
lo mejor que hay en mí”…
Woody Allen
Ya se sabe que cuando
estás enamorado hasta las trancas no eres capaz de ver con claridad que es una
tirana, aunque tus amigas te lo digan y te adviertan: “yo creo que pasa un poco
de ti, tú estás mucho más pendiente. No se porta bien, va a la suya. Vamos, que
no te merece…” y esa cantidad de topicazos tantas veces escuchados y tantas
veces dichos con voz solemne.
También está bastante
loca, y me gusta precisamente por eso. Madrid es como esa amiga que sabes que
siempre está dispuesta a apuntarse a cualquier plan que le propongas. Con ella
a veces he vuelto a ser una quinceañera.
Hace un tiempo, tomando
una copa de vino, un amigo maravilloso me hablaba de su novia a la que acababa
de dejar. Por lo visto era muy rubia y muy espectacular, pero estaba loca. Yo
le recomendé lo que aconsejaban La Costa Brava:
Déjese querer por una loca. La Costa Brava.
Déjese querer por una
loca... Es único.
Porque puedes
tomarte un relaxing cup of café con leche en la plaza mayor, pero es más
recomendable tomarse un vermut en la plaza Dos de mayo. El vermut. Qué gran
invento, oiga. Yo no lo puedo expresar muy bien, pero en este post Kiko
Amat lo explica genial. Prepárense para reír a carcajadas.
A lo mejor parezco una
exagerada. Que sí, que tras casi dos años aquí, aún estoy en esa fase de
enamoramiento... Puede que éste sea otro de esos amores imposibles. Esa
historia que no te conviene, esa persona que te hace sufrir, que te empeñas en
apartar de tu cabeza.
Empieza el año, ya que
todos sabemos que el año empieza después del verano, en septiembre y no en
enero, donde ya estamos como a mitad año. Empieza el nuevo curso y hay un
montón de cosas que hacer. Y las chicas sólo queremos pasarlo bien… así que,
nos vemos en los bares. Y vente pa Madrid!
Cyndi Lauper. Girls just want to hace fun
Muy chulo, Maca. Es verdad, Madrid es todo eso y mucho más, y si te vas, aunque se para volver "a casa" siempre la echaras de menos, porque Madrid no es solo una ciudad, es una época de tu vida que no volverá.
ResponderEliminarHola preciosa, totalmente de acuerdo. Pienso que esto es una etapa concreta de mi vida y mientras dure, intentaré disfrutarla. Muchas ganas de veros. Un besazo.
EliminarEmpiezo a pensar que para ti Madrid es como para mí Roma, lo que representa, lo que ves en cada rincón que nadie más es capaz de ver y ni siquiera percibir. Dirán que no somos objetivos pero yo creo que sí que lo somos. Nosotros vemos todo eso sin esfuerzo, está ahí como los adoquines o los semáforos, y para nosotros es así porque es real e increíble. Quizás como en la película"Un lugar en el mundo" has encontrado ese lugar y por eso das gracias cada día y disftutas cada momento. Enhorabuena has conseguido vivir no sólo donde querías sino en donde has nacido para vivir.
ResponderEliminarHola friend. Como siempre aparecen tus comentarios sin esperarlos y me emocionas. A lo mejor Madrid es como tu Roma, o a lo mejor tiene que ver con la época en la que la vivimos, con quien la vivimos etc. Lo que sí creo es que intento "habitar lo más cerca posible del canal donde fluye mi vida" y no se me olvida que esa frase me la enseñaste tú. Muchas gracias, aunque tú eres capaz de ver más adoquines y semáforos que yo, gracias por valorar los míos. Un besazo Gerge.
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